Conectada con las principales ciudades españolas y europeas, a Valencia se puede llegar por tierra, mar y aire.

Si decidimos viajar a Valencia en coche, debemos saber que la ciudad está conectada con las principales ciudades españolas a través de una moderna red de carreteras. Destacan la autovía A-3, que parte de Madrid y discurre por el centro de la península para llegar a Valencia y la autopista AP-7, que recorre de norte a sur toda la costa  levantina y une Valencia con Barcelona y Alicante.

Si, por el contrario, optamos por utilizar el ferrocarril, Valencia cuenta con dos estaciones de tren: la Estación del Norte, en ella opera principalmente la red de cercanías, y la Estación «Valencia Joaquín Sorolla», a la que llegan y de la que salen los trenes de Alta Velocidad (AVE) que enlazan con Madrid (el viaje apenas dura dos horas), Cuenca, Sevilla o Córdoba. También operan en esta misma estación los trenes Alvia y Euromed de larga distancia que unen Valencia con Barcelona y otras ciudades. Ambas estaciones, realmente cercanas una a la otra, están conectadas entre sí por un bus gratuito.

En lo que a transporte aéreo se refiere, el Aeropuerto Internacional de Valencia-Manises está situado a tan solo 8 kilómetros del centro de la ciudad y ofrece/recibe vuelos regulares diarios a/de los destinos nacionales e internacionales más importantes.

Por último, el Puerto de Valencia es el cuarto puerto con más tráfico en Europa, siendo también el más grande de España y uno de los más importantes de la cuenca del mar Mediterráneo en cuanto a tráfico comercial. Este puerto conecta Valencia por barco con las Islas Baleares e Italia y es un destino cada vez más demandado por los cruceros, que atracan en el muelle de Poniente para recorrer la ciudad durante unas horas.